lunes, 6 de febrero de 2012

UN RASTRO DE AGUJAS VERDES

La mujer recogió el casquillo. Registró los bolsillos del muerto hasta dar con lo que buscaba. Lo guardó en su mochila, miró a su alrededor y se fijó en mí. Dejando un rastro de agujas verdes peinó la nieve con una rama de pino, como si fuera un jardín zen. Continuó así hasta el lindero del bosque y allí se perdió entre los árboles. Abandoné la rama, extendí mis negras alas y volé hasta el cadáver. Llevaba varios días sin comer, decidí comenzar a picotear por los ojos; me sacié. 



2 comentarios:

  1. Muy bueno este micro, por un momento creí que había algún testigo del crimen y que no duraría mucho. Pero mira tu por donde es un cuervo. Los cuervos son muy inteligentes. Después de todo a el que mas le da. Los dos salen ganando con el crimen. Un bessito

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  2. Muchas gracias Men. Es cierto, los cuervos, esos pobres pájaros tan denostados, son muy inteligentes. Un besazo

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