"LÍNEA 5" - II PRIMAVERA DE MICRORRELATOS INDIGNADOS
Se conocieron en un vagón del metro, línea 5, una fría
madrugada que pintaba Madrid de carámbanos de hielo. Ella regalaba sus versos
por unas monedas. El cantaba sus raíces por la voluntad. Se miraron un
instante, justo el tiempo que tardaron las puertas del metro en cerrarse. Un
instante infinito. Se buscaron sin descanso durante todo el día. Se soñaron sin
descanso durante varias noches. En ese tiempo ambos habían tomado decisiones.
Ella, desde el Ferrol, acababa de escapar de las garras de un
maltratador, de un banco usurpador, de una sociedad castradora, y paseaba sus
versos por el subsuelo, lo más lejos posible de su ciudad, sin un techo donde cobijarse pero sintiéndose libre
por primera vez.
El venía de un Africa arrasada por las guerras, la sed, la
hambruna. Acababa de escapar de una
masacre. Sólo quería un poco de paz, comer todos los días al menos una vez y no tener
que esconderse. Casi lo consigue, hasta que aquella mañana le atrapó la
Policía. La carrera hacia la expulsión estaba en el box de salida.
Desde ese mismo box de salida, volvieron a cruzarse. El no
pudo hacer nada, estaba esposado, sujeto por los guardias. Ella sí pudo. Y lo
hizo.
Ahora ella recita sobre el sonido de los tambores y sonríe.
El, mientras toca el djembé, acaricia esa curva que va creciendo en el vientre
de ella.
Hala!.
ResponderEliminarTe habrás quedao a gusto, ricura.
Genial. Y no soy de elogios.
No todo cuento tiene un final infeliz.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Marisol, porque por fin hay luz al final del túnel (no lo escribí así a apropósito, ha sido el subconsciente) Un abrazo.
ResponderEliminarBuenísimo, me encantó. ¡Qué buen final!
ResponderEliminarSaludos...